domingo, 2 de noviembre de 2014

Nuevo sistema curricular: implementación y condiciones


Eduardo León Zamora

La implementación de una nueva propuesta curricular requiere de ciertas condiciones básicas que hay que tomar en consideración. Más aún cuando la nueva propuesta conlleva una serie de cambios importantes en nuestra tradición curricular. De hecho, pasar del Diseño Curricular Nacional (DCN) a lo que se ha venido en denominar Nuevo Sistema Curricular implica comprender, para empezar, que estamos transitando de una conceptualización atomista y simplista del currículo a otra de naturaleza más rica y más completa, pero, a la vez, más sistémica y más funcional a la experiencia del profesorado. Se pretende dejar atrás una comprensión del currículo como, básicamente, un listado de aprendizajes para ingresar a una conceptualización en la que se articulan diferentes componentes que se enfocan en los procesos pedagógicos y se orientan a sentar bases más sólidas y orientaciones más precisas para una práctica docente más efectiva.

No voy a poner en discusión en este artículo, los aspectos técnicos más específicos de la propuesta sobre los que pueden haber diferentes puntos de vista, sino, como he mencionado, las condiciones sobre las que se construye e implementa una política curricular.

Y, como punto de partida, señalaré que la implementación del nuevo sistema curricular ya está en marcha desde hace dos años en nuestro país. Por lo cual, no es posible pretender enfrascarnos en un inútil debate sobre la pertinencia de su implementación. Éste resulta, por lo menos, extraño frente a un dato objetivo de la realidad.

Si bien es cierto que se pusieron en marcha algunos de los componentes del sistema (rutas de aprendizaje, mapas de progreso y materiales educativos), la puesta en circulación de estos componentes a través, principalmente, de procesos de formación en servicio, desencadenaron de facto su proceso de implementación en las instituciones educativas. Esta forma de implementación, sui generis, de un proceso de recambio curricular obedeció, seguramente, a una estrategia del Ministerio de Educación. A mi entender, suponía entrar a este proceso desde la experiencia cotidiana de las y los docentes en las aulas. Acercar al profesorado las rutas pedagógicas era una manera no convencional de empezar y ensayar los cambios que se buscaban, a la luz de la práctica docente. No pretendo emitir un juicio de valor sobre esta estrategia, sino simplemente, intento interpretar por qué se dieron las cosas de este modo.

Dicho esto, paso a señalar cuáles son las condiciones políticas, institucionales y pedagógicas que, a mi juicio, deben sostener la implementación de la nueva propuesta curricular ya en curso.

CONDICIONES POLÍTICAS

1. Un proceso de reforma curricular no es un proceso menor ni periférico de la política educativa nacional. Debe ser el proceso articulador y cohesionador de las políticas educativas implementadas por la actual gestión ministerial. Y por lo tanto, es la máxima autoridad del MINEDU quien debe estar a la cabeza de este proceso. Es al ministro de educación a quien le corresponde dar un mensaje claro, decidido, convencido y convincente de voluntad política. No es el caso y, tampoco lo fue, durante la gestión de Patricia Salas. Esto ha debilitado y debilita, enormemente, todo el proceso. El ministro Saavedra no debería renunciar a tener el liderazgo político en materia curricular pues le corresponde. Pero, lo más lamentable es que, en este contexto, sea un ex-viceministro de gestión pedagógica, Idel Vexler, miembro del CNE, quien lleve la batuta política, con aires de solvencia técnica, y sin encontrar ningún interlocutor en el camino.

2. En materia de política curricular no deben coexistir dos currículos paralelos. En ese sentido debe darse por terminada la vigencia del DCN y acelerarse la culminación de la versión definitiva del Nuevo Marco Curricular y de todos los componentes del sistema.

3. El Ministerio de Educación debe involucrar a las regiones a participar activamente en el proceso de implementación del nuevo sistema curricular y comprometerlas en él, al ser una política fundamental y prioritaria para la mejora de los aprendizajes en todo el país. Asimismo, deberá generar las condiciones para el desarrollo de los Diseños Curriculares Regionales.

CONDICIONES INSTITUCIONALES

1. Aunque se viene denominando Sistema Curricular al conjunto de elementos que estructura la nueva propuesta curricular, voy a referirme a la necesidad de constituir un Sistema Nacional de Desarrollo Curricular cuyo fines serían los de diseñar, implementar y evaluar políticas de desarrollo curricular. Este sistema comprendería a las instancias responsables de estas políticas en toda la estructura del sector desde el nivel nacional, donde se articulan MINEDU y SINEACE, y los niveles regionales y locales.

En el marco de la definición de estos arreglos institucionales en el sector educación a los que me he referido, se requiere de una instancia de dirección, que la entiendo como una Unidad Nacional de Desarrollo Curricular, que lidere técnicamente el proceso y que cuente con los recursos humanos y económicos indispensables. La eficiencia de la gestión ministerial, a la que tanto se hace referencia en la actual gestión,  debe ponernos a la altura de Ministerios de Educación de otros países que cuentan con este tipo de unidades en su estructura orgánica y que entienden que el currículo es un factor fundamental en la mejora educativa. Asimismo, a nivel de las regiones deberán conformarse también Unidades Regionales de Desarrollo Curricular responsables de la articulación con el nivel nacional y los niveles locales así como del desarrollo de los DCR y las políticas curriculares regionales.

El Sistema Nacional de Desarrollo Curricular se ocuparía también de las propuestas curriculares específicas de los pueblos indígenas.

2. La implementación del currículo requiere de una convergencia institucional del sector educación que le de consistencia y coherencia a sus políticas educativas. Esto significa que todas las Direcciones del MINEDU continúen un proceso de inmersión en la nueva propuesta curricular y que todos sus programas, planes e intervenciones se desarrollen bajo el paraguas del nuevo Marco Curricular y en conjunción con todos los elementos que conforman la propuesta curricular. Es decir, que toda la propuesta pedagógica, la  formación docente continua, las iniciativas en materia de gestión, la evaluación y la producción de materiales educativos giren en torno a la nueva propuesta curricular.

3. El proceso de implementación del currículo requiere también a nivel institucional de la participación comprometida de las instituciones educativas, las cuales deben cumplir un papel fundamental en este proceso bajo el liderazgo de directoras y directores preparados para tal fin, con la obvia implicación del profesorado. Este proceso de implementación no lo comprendo como un proceso de aplicación del currículo, sino de creación en terreno del currículo real, desde el cual se retroalimenta el Sistema Nacional de Desarrollo Curricular. 

CONDICIONES PEDAGÓGICAS

Las condiciones específicas de carácter pedagógico para la implementación del currículo deben comprender dos focos de atención: los sujetos que implementan y el objeto de la implementación.

Sujetos que monitorean

Para continuar con la implementación del currículo, hay que profundizar la preparación de las y los especialistas del MINEDU, las Direcciones Regionales de Educación (DRE) y las UGEL, a fin comunicar bien las ideas y apropiarse de las nuevas orientaciones y prácticas que se proponen. No contribuye a ello la inestabilidad institucional de  las DRE y UGEL y los cambios continuos de especialistas, lo cual podría afectar, negativamente, el proceso de implementación. Por lo tanto, ya que el MINEDU cuenta con los recursos necesarios para invertir en la mejora de la educación, se requeriría contratar equipos ad hoc para conformar y fortalecer las Unidades Regionales de Desarrollo Curricular.

Como sujetos de la implementación, también deben tomarse en cuenta a las directoras y directores de las instituciones educativas que deben cumplir de manera óptima este proceso. Y, lo más importante, a las maestras  y maestros, como sujetos que deben constituirse en responsables de su labor pedagógica desde una perspectiva de reflexión crítica de su práctica.

Objeto de la implementación

El objeto de la implementación deberán ser las prácticas docentes, las cuales  definen el currículo real que toma lugar en el aula. Prácticas que deben asegurar procesos de aprendizaje. Prácticas que implican el manejo de los diferentes componentes curriculares.

Pero también hay que ocuparse de otros tres cambios que el nuevo Marco Curricular plantea como imprescindibles para la implementación del nuevo currículo: la gestión escolar, el clima de convivencia y la articulación de la escuela con la familia y la comunidad.  Y añadiría un elemento más: el currículo oculto que opera en las escuelas, transmitiendo mensajes, modelando conductas, reforzando prejuicios, estereotipos y creencias erróneas. Entonces, también la implementación del currículo deberá prestar atención a este lado borroso de la práctica educativa.

Finalmente, será necesario tomar en consideración otros procesos que se requieren para garantizar la mejora en la marcha de la implementación del nuevo currículo. Estos procesos no son solamente la capacitación, el acompañamiento o el monitoreo. Se requiere también diseñar e implementar, con rigurosidad técnica, procesos de validación, sistematización, investigación y evaluación. 


Autor: Eduardo León Zamora
Fotografía (c) Ayuda en Acción/ www.flickr.com
Lima, 03 de noviembre de 2014

1 comentario:

  1. Por lo menos se espera contar con un nuevo Sistema Curricular que articule sustancialmente sus herramientas básicas: Marco curricular, Mapa de progresos y Rutas del aprendizaje.

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