Michael Fullan
Profesor Emérito, Universidad de Toronto
Hoy por hoy es un hecho claramente establecido por la investigación que el director de escuela es clave para que una escuela mejore en forma continua, o no lo haga. Los estudios realizados durante varias décadas por Vivianne Robinson y por Kenneth Leithwood confirman, una y otra vez, que los directores de escuela efectivos ayudan a establecer la visión de la escuela, a organizar sus estructuras y recursos y, sobre todo, ayudan a que los profesores colaboren de manera focalizada para mejorar la instrucción.
Ellos trabajan en organizar información sobre el aprendizaje escolar que puede ser personalizada para cada estudiante y utilizada para mejorar las oportunidades de aprendizaje de todos los alumnos.
Hemos encontrado que la esencia del poder del director de escuela se da en cinco dominios:
- Es un líder del cambio, que domina el proceso de transformación que construye la motivación de los profesores.
- Participa como alguien que aprende para ayudar a los profesores a enfocarse en el mejoramiento.
- Establece un fuerte enfoque instruccional para la escuela.
- Ayuda a desarrollar a otros, tanto a profesores como a futuros líderes por igual.
- Participa en redes locales y del sistema educacional, aprendiendo de otras escuelas y contribuyendo al mejoramiento del sistema.
El resultado neto es que las escuelas mejoran, pero no solo ellas: es el sistema en su conjunto también el que progresa.
Fuente: ¿Qué sabemos sobre los directores de escuela en chile?
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